Cierto que los occidentales tenemos la
costumbre de abreviar todo, a mi rara vez me dicen Fernando, es común
que me digan Fer o
Nando, casi podría decirse que la familiaridad nos pone algo
perezosos y queremos ahorranos sonidos al hablar.
Así que no sería raro que el Tai Chi
Chuan acabara llamándo se “Taichí” a secas por esos
motivos.
De hecho esta abreviación está tan
extendida que si uno le dice a alguien el nombre completo del arte,
no sabe que le estás diciendo, cosa que a veces, confieso, me pone
de los nervios.
Pero no fue asi, esto no empezó por
abreviar, había otra intención.
Recuerdo hace muchos años, en las
primeras clases que recibí de este noble arte, al preguntar sobre
las aplicaciones marciales me contestaron (además de mirarme como un
hereje) que me enseñaban la parte “medicinal-espiritual” o sea
el “Taichi”y que si quería el Chuan ya podía irme
a otro lado, cosa que al poco tiempo hice, porque a mi las cosas me
gustan completas y para las descafeinadas...ni el café me gusta.
Tengo el defecto de que busco siempre lo verdadero y lo intenso.
O sea que ya en el siglo pasado había
una falsa categoría entre el Tai Chi y el Tai Chi Chuan.
Esto tuvo varias causas y no empezó en
occidente, eso está claro.
Pero al menos en oriente, cuando luego
de la persecución que soportaron los maestros de artes marciales en
la China de Mao, se decidió popularizar este arte quitándole casi
toda su sustancia, lo llamaban por el nombre completo.
En occidente, que somos algo más
dedicados al márketing, en seguida formamos una categoría para el
arte completo y el mutilado. Entonces el “niño malo” fue el
Chuan, que, como el pobrecito se traduce como “puño” o
“boxeo”, fácilmente lo asociaban a algo negativo, violento. Lo
marcial no podía ser espiritual.
Actitud derivada de una visión
santurrona y por demás superficial.
Pero el Tai Chi Chuan no es como esos
muebles que se arman por módulos, según nuestras necesidades o
caprichos.
El “Boxeo Ultimo Supremo” es
una unidad compacta e indivisible. De la misma manera que en su
filosofía marcial, si una parte del cuerpo se independiza todo el
arte se va a traste, si le sacamos alguna pieza a un mecanismo tan
complejo como el Tai Chi Chuan, lo arruinamos.
Para ser más exactos, no es Tai Chi
Chuan, es otra cosa.
En algún momento ocurrió el divorcio
entre el Tai Chi y su Chuan y fue cuando algunas personas,
asombrosamente maestros, descubrieron la conveniencia y la facilidad
de enseñar masivamente un arte desmembrado.
Por más que quisiéramos aceptar que
esto ayudaba a las masas a mantener la salud, en lo personal creo que
ha hecho más daño que beneficios, porque practicado de esta manera
el Tai Chi Chuan apenas es mas beneficioso que una caminata
intensa...al precio de enterrar todos los complejos mecanismos que
implican la practica total.
Hay muchos estilos de Tai Chi Chuan,
todos maravillosos, pero no hay uno medicinal, otro espiritual y otro
marcial.
Hay uno solo y es medicinal, espiritual
y tremenda y orgullosamente marcial.